¿Su cónyuge es introvertido? ¿Es usted introvertido?
O quizá no sepas lo que es una persona introvertida. Imagina a una persona muy torpe socialmente, tímida y a la que no le gusta hablar con los demás. Bien, ahora borra completamente esa imagen de tu mente porque eso NO es en absoluto lo que es un introvertido.
Un introvertido es alguien cuyo depósito de energía social se rellena estando solo. Eso es. Soy introvertido y siempre que estoy rodeado de otras personas, gasto parte de esta energía social. A diferencia de algunos de mis amigos extrovertidos, que se llenan de energía cuando están con otras personas.
Cuando me encuentro en una situación en la que tengo que "estar activa", consumo aún más energía. Y si alguna vez se me vacía el depósito, pobre de los que me rodean, porque me convierto en un zombi y me retraigo emocional y físicamente.
Si estás casado con una persona introvertida, probablemente sepas de lo que hablo. Pero hay formas de amar mejor a tu cónyuge introvertido. Cosas que harán tu vida -y la suya- mucho mejor:
Cuando mi depósito de energía social está vacío, es casi insoportable entablar una conversación trivial con un desconocido. Incluso cuando mi depósito de energía está lleno, no me gustan las conversaciones triviales. Me agota.
Una de las mejores cosas que puedes hacer por tu cónyuge introvertido es rescatarlo de la charla trivial. Si hace esto por nosotros, lel estaremos eternamente agradecidos.
A veces, los introvertidos nos sentimos agotados y necesitamos tiempo para nosotros mismos. No es que no nos guste estar contigo, con nuestros amigos o con nuestra familia, es que necesitamos recargarnos de energía para estar plenamente presentes a tu lado.
Esta lección puede ser dura, pero también es una de las más importantes. Danos la libertad de tomarnos tiempo para nosotros mismos sin juicios ni resentimientos.
Los introvertidos necesitan la conexión humana como todo el mundo. Sin embargo, nuestros depósitos de energía social tienen que estar llenos cuando acudimos a eventos sociales. De lo contrario, es normal que nos escondamos en rincones oscuros o que respondamos robóticamente a todos los que nos rodean. Incluso cuando nuestros depósitos están llenos, podemos sentirnos agotados rápidamente.
Cuanto más protagonismo tomes en los actos sociales, más duraremos y más apreciaremos y respetaremos tu forma de manejar la situación. Ah, y muchos puntos extra si estás pendiente de nosotros durante el evento y, si nos sentimos agotados, eres tú quien pone excusas para irnos.
Eche un vistazo al horario semanal de su cónyuge. ¿Tiene tiempo para estar solo o está constantemente rodeado de gente todo el día, todos los días?
Pregunte a su cónyuge y, si es necesario, establezca en su horario semanal una noche o una mañana en la que puedan estar solos durante unas horas.
A veces, pasar tiempo a solas supone más estrés para los que nos rodean. Si tu cónyuge introvertido (como yo) es una persona muy complaciente, es posible que no quiera pedir tiempo a solas porque sabe que incomodará a los demás.
Puedes ayudar recordándonos que está bien hacer cosas por nosotros mismos, sobre todo cuando eso nos hace más felices y nos da más energía.
Aunque los introvertidos odiamos las conversaciones triviales, también nos encanta hablar en profundidad con los demás. Para nosotros, es la esencia de la vida, y puede servirnos para recargarnos de energía.
No tiene por qué ser algo emocionalmente agotador, como los peores recuerdos de tu infancia. Puede ser algo que te apasionado.
Irse de vacaciones puede ser difícil para los introvertidos si no encontramos tiempo para nosotros mismos. Ayúdanos a encontrar ese tiempo. Al final, será mejor para todos.
Si no sabes si tú o tu cónyuge sois introvertidos, haz un test online gratuito. También puedes hacer untest rápido de 10 preguntas , pero son menos precisas.
Lee un libro sobre los puntos fuertes y débiles de una persona introvertida. Puede ser increíblemente útil para entender cómo ayudar y también cómo interactuar con nosotros.
Durante veintitantos años no supe que era introvertida. Cuando me agotaba, lo achacaba a algún defecto de carácter y me criticaba por ello. Una vez que aprendí que sólo necesitaba tiempo para mí misma, las características que percibía como defectos o fallos se resolvieron con este autoconocimiento.
Pero incluso ahora, de vez en cuando necesito que me recuerden que debo repostar.
Stephen Bradshaw
Autor