No es ningún secreto que hay que tener en cuenta muchas cosas a la hora de decidir si regalarle o no un teléfono a tu hijo. Cuando mi hija me preguntó por primera vez si podía tener uno, mi respuesta fue un yoyó.
"¡No necesitas un teléfono!" fue seguido rápidamente por "Espera, ¿necesitas un teléfono?". Y aún más vergonzosamente: "¿Qué están haciendo los demás?".
Quizá te sientas identificado.
Hoy quiero compartir lo que he aprendido sobre por qué tu hijo de primaria o secundaria debería, de hecho, tener un teléfono, basándome en lo que sabemos sobre la enseñanza y el aprendizaje.
Mis padres eran profesores. Durante toda mi infancia, llegaban a casa con huellas de tiza en los pantalones y montones de papeles que corregir.
Estudié Desarrollo Humano y Educación y trabajé como voluntaria en aulas de primer curso mientras mis compañeros pasaban las tardes descansando en el patio y trabajando en el gimnasio. Me convertí en profesora de clase y de lectura durante más o menos una década, sintiendo un placer ridículo en los libros de planes de lecciones escritos a lápiz y en los montones de proyectos de cartulina preparados.
Todo esto equivale a decir que me entusiasman las teorías pedagógicas bien argumentadas, los métodos de aprendizaje vanguardistas y lo que realmente hace que el aprendizaje se mantenga.
Pero prometo no perder de vista lo realmente importante. En lo que quiero centrarme hoy (¿entiendes el lenguaje de los profesores?) no es en la teoría educativa, ni siquiera en la teoría de la crianza. Quiero centrarme en lo que es mejor para nuestros hijos.
Somos la primera generación de padres y educadores que cría a niños digitales sin haber sido nosotros mismos orientados digitalmente cuando éramos niños. Esto significa que no podemos confiar en lo que nos enseñaron, ¡porque nadie nos enseñó!
E Internet, aunque está lleno de oportunidades y posibilidades increíbles para ser creativos, estar conectados y usar nuestra voz, también puede ser peligroso.
Por eso -no a pesar de todo, sino por todo eso- te recomiendo que dejes que tus hijos tengan un teléfono a una edad más temprana de lo habitual.
1 | At age nine or 10, your kids expect you to have opinions about their lives. This includes their digital lives. Use this to your advantage, and teach them to make wise choices. 2 | If you wait until they’re 12 or 13, they will be developmentally ready for a lot of independence. Handing them a really powerful tool at the very same time they’re listening to their peers more than they listen to you is dangerous. 3 | There’s so much to learn about having a digital life – from how permanent our social media posts really are to the fickle nature of privacy settings to what can be easily screen captured and shared – that it’s too much to ask our kids to grasp in one short “Happy birthday, here’s a phone” conversation. 4 | Start early and start small, having short, repeated conversations over and over again, while they’re still listening to you! When they hit 12 or 13 and look for that independence, they’ll have a wonderful base of supportive, reliable information that you’ve taught them. 5 | A big part of learning is practicing, floundering, and recovering quickly. Our kids need the chance to make their inevitable mistakes online and, with our guidance, have the chance to fix those mistakes and try again. This can’t happen in theory, but it can happen with small phone privileges at younger ages.
Nuestros hijos son exactamente iguales, salvo que Internet les da acceso a toda una serie de errores que cometer que nosotros nunca tuvimos al alcance de nuestros impulsivos dedos.
Sé de corazón que un niño que comete pequeños errores con la orientación y ayuda de sus padres a los 10 años, va a estar mucho mejor que un compañero al que se le da rienda suelta en las redes sociales a los 13 años.
En cuanto a mi hija, acabó recibiendo un teléfono a los 10 años, y lo utilizamos a tientas.
Hoy, con casi 13 años, tiene mejores hábitos en las redes sociales que la mayoría de los adultos que conozco. También cree que "hablamos de estas cosas" en casa demasiado.
Que conste que me parece bien al cien por cien.
Valentine’s Day is the perfect kid holiday. You’re not old enough to be jaded by the “most romantic day of the year.” You get piles of candy and great books.
Pequeños ajustes, como la creación de un presupuesto o el establecimiento de objetivos de ahorro, pueden marcar una gran diferencia con el paso del tiempo. Construye un futuro financiero sólido para tu familia.
ParentCo.
Autor