Paternidad

6 elementos comunes de una disciplina eficaz

Un niño de pie sobre una mesa junto a su padre
Una de las mayores diferencias entre disciplina y castigo es que la disciplina ayuda a los niños a aprender cuál es el comportamiento adecuado y a mejorar su autocontrol. El castigo no. Todavía hay mucha controversia sobre la forma más eficaz de disciplinar a los niños. Aunque la ciencia ha intentado poner de relieve los enfoques disciplinarios perjudiciales y proporcionar algunas pistas sobre las estrategias disciplinarias más adecuadas, todavía es imposible establecer de forma concluyente cómo afectan los métodos disciplinarios a los niños a corto y largo plazo. Lo que sabemos, sin embargo, es que, independientemente del método utilizado, los métodos disciplinarios eficaces comparten características similares. Según la revista Paediatrics & Child Health, los métodos disciplinarios eficaces tienen seis características comunes. Las seis características de los métodos disciplinarios eficaces:

1 | Debe ser dado por un adulto con un vínculo afectivo con el niño

La disciplina es más eficaz cuando se produce en un entorno cálido y afectuoso. Cuando miramos a nuestros hijos a los ojos o les tocamos mientras les explicamos las consecuencias de su comportamiento, es menos probable que vean la disciplina como un castigo injusto. Crear un vínculo afectivo también significa estar dispuesto a escuchar la opinión de tu hijo, aunque sepas que eso no cambiará tu decisión final. También significa saber cuándo y cómo negociar. Hablar con ira puede desembocar en maltrato verbal, que puede ser perjudicial para el bienestar de los niños. Enfadarse por el comportamiento de tu hijo es normal, pero tú puedes controlar cómo reaccionas ante ese comportamiento. Hay pruebas de que el mal comportamiento puede reducirse si tenemos en cuenta las emociones de los niños, pero tenemos que aprender a gestionar primero nuestras propias emociones.

2 | Coherente y cercano al comportamiento que necesita el cambio

La disciplina consiste en cambiar un comportamiento inadecuado concreto. Pierde sentido cuando "disciplinamos" a los niños por todo. La disciplina es más eficaz cuando se dirige a un comportamiento específico y se aplica sistemáticamente sólo a ese comportamiento. En otras palabras, elegir uno o dos comportamientos y centrarse sólo en ellos hasta que se logre el comportamiento deseado es probablemente más eficaz que tratar de lidiar con todo lo que usted percibe como mal comportamiento. Una vez conseguido el comportamiento deseado, se puede pasar a otros comportamientos inadecuados. También hay consenso en que la disciplina es más eficaz cuando las consecuencias se aplican en cuanto se observa el comportamiento inadecuado.

3 | Percibido como "justo" por el niño

Cuando tu hijo percibe que las consecuencias de sus actos son justas, es más probable que tu método disciplinario sea eficaz. Es importante que los niños conozcan de antemano las consecuencias de sus actos. En otras palabras, los niños deben conocer los comportamientos para los que siempre habrá consecuencias: pegar, morder, hacerse daño a sí mismos y hacer daño a los demás. Muchas pruebas sugieren que permitir que los niños participen en la toma de decisiones hace más probable que respeten las decisiones tomadas. Permitir que los niños participen en la toma de decisiones puede ayudarles a considerar "justas" las consecuencias del mal comportamiento. Por ejemplo, puedes decir algo como: "Sabes que no debes ir en bici sin casco. ¿Qué hacemos si vas en bici sin casco?". Recuerda no negociar una vez que ambos hayáis llegado a una decisión sobre las consecuencias apropiadas.

4 | Adecuado a la edad

La eficacia de las estrategias disciplinarias depende en gran medida de la edad de tu hijo. Por ejemplo, los niños menores de dos años rara vez razonan verbalmente y necesitan que se les distraiga más que razonar con ellos. El tiempo fuera funciona mejor con niños de dos a seis años. La negociación funciona mejor con los niños mayores. También es importante distinguir entre un comportamiento inadecuado (pegar, por ejemplo) y un "comportamiento normal", como cuando a tu hijo se le cae accidentalmente el plato al suelo o derrama agua sobre la mesa.

5 | Temperamentalmente apropiado

La misma estrategia disciplinaria puede funcionar como magia con un niño y fracasar estrepitosamente con otro. Las técnicas disciplinarias eficaces son las que se ajustan a la personalidad de tu hijo y a la tuya propia. Aunque una espacio de tranquilidad puede ser más apropiado para algunos niños, el tiempo fuera puede funcionar mejor para otros.

6 | Conducen a la autodisciplina

El objetivo último de la disciplina no es hacer que los niños "se porten bien" cuando se les vigila. La disciplina eficaz consiste en ayudar a los niños a aprender a controlar su comportamiento por sí mismos. Una estrategia de autodisciplina eficaz ayuda a los niños a eliminar el mal comportamiento y les enseña a adoptar conductas adecuadas. La autodisciplina sólo puede darse si se respetan las cinco características enumeradas anteriormente.

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