Los padres llevan a cabo la tarea más importante del mundo: criar niños que se conviertan en seres humanos amables y compasivos. Sin embargo, la bondad no siempre surge de forma natural, sobre todo en los más pequeños, que acaban de empezar a desarrollarse social y emocionalmente. Depende de nosotros, los padres, empujarles en la dirección correcta.
Comprender la bondad La bondad puede ser un gran bocado conceptual para los preescolares. En Kiddie Academy®, la hacemos más digerible progresando a través de lecciones sobre la consideración, la generosidad, la cortesía y la amabilidad.
Desglosar la bondad en estos componentes más pequeños también ofrece más oportunidades para proporcionar a los niños ejemplos tangibles de cómo es la virtud en acción. Pruebe estas cuatro atractivas actividades en casa para ayudar a sus hijos a desarrollar una mejor comprensión de la bondad.
Una forma maravillosa de enseñar a los más pequeños a ser considerados es ayudarles a realizar actos de bondad al azar. Una forma divertida y familiar de poner en práctica esta lección es ir a la aventura "Kindness Rocks".
Haz que tus pequeños busquen rocas lisas del tamaño de la palma de la mano para decorarlas con dibujos sencillos, notas o una combinación de ambos que transmitan un mensaje positivo. Deje que los niños den rienda suelta a su creatividad decorando las rocas con pinturas de colores, pegatinas o cualquier otra cosa que les resulte divertida y personal. Una vez terminada la decoración, salgan en familia a colocar las rocas de la bondad en lugares cercanos. Anime a sus hijos a colocar una en el banco de un parque, en la estantería de una biblioteca o incluso directamente en las manos de la cajera de un supermercado.
Dependiendo de su edad, los niños participarán más o menos en el proceso. En cualquier caso, se trata de una experiencia memorable para toda la familia que dejará en los más pequeños un sentimiento duradero de empatía y compasión.
Compartir proporciona a tus hijos una acción concreta que pueden poner en práctica mientras desarrollan su comprensión de la generosidad. Una forma de ayudarles a desarrollar una mentalidad de compartir es animándoles a dar a alguien que lo necesite.
En familia, ayuda a tus pequeños a seleccionar los juguetes personales con los que ya no juegan. Después de limpiar los juguetes, anime a sus hijos a elegir una organización benéfica local a la que donarlos. Si en su comunidad no hay ningún lugar donde donarlos, venda los juguetes y destine los beneficios a la organización benéfica que elija su hijo.
También es importante que los niños comprendan que la generosidad no siempre implica objetos físicos. Exploren juntos las aficiones o talentos únicos de sus pequeños: tal vez les guste construir puzzles, leer libros o hacer dibujos. La próxima vez que su hijo realice la actividad, pregúntele si usted u otro miembro de la familia puede observar y aprender. Esta interacción ayuda a los niños a ver que otros disfrutan con sus talentos y que compartir puede ser tan sencillo como pasar tiempo juntos.
La simulación de roles es una buena manera de enseñar a los niños a ser educados, pero puedes reforzar la lección con un juego de roles. Prueba los siguientes escenarios interactivos:
Pida a sus hijos que reúnan algunos de sus juguetes favoritos y asigne un personaje a cada uno. Crea un escenario que muestre una interacción negativa entre los personajes, en la que no se hayan tratado con educación. Por ejemplo, Audrey y Landon estaban en la cola del bebedero. Landon le pide a Audrey que le deje pasar delante de ella. Audrey le explica que eso no sería justo. De todos modos, Landon la adelanta y coge algo de beber.
Después de que sus hijos representen la escena, pídales que reflexionen sobre cómo podrían haberse comportado sus personajes de otra manera. A continuación, pídeles que vuelvan a representar la escena con sus sugerencias alternativas.
Involucrar a los más pequeños en tareas sencillas y adecuadas a su edad puede ser una forma eficaz de enseñarles a ser serviciales, pero no siempre están dispuestos a participar. Motiva a tus hijos para que colaboren de buen grado con una divertida canción de limpieza. Prueba con ésta:
"Así ayudamos a nuestros amigos"
Melodía: "Here We Go 'Round the Mulberry Bush"
Así ayudamos a nuestros amigos, ayudamos a nuestros amigos, ayudamos a nuestros amigos.
Así ayudamos a nuestros amigos para demostrarles que nos importan.
Puedo ayudar a mis amigos a limpiar, a mis amigos a limpiar, a mis amigos a limpiar.
Puedo ayudar a mis amigos a limpiar para demostrarles que me importan.
Puedo dar un abrazo a mis amigos, a mis amigos, a mis amigos.
Puedo dar un abrazo a mis amigos para demostrarles que me importan.
Anime a sus hijos a cantar mientras realizan tareas sencillas, como guardar los juguetes después de jugar. Convierta la rutina en una actividad regular, ya que la constancia ayuda a los más pequeños a comprender que la limpieza es una parte útil y esperada del tiempo de juego, ¡y que puede ser divertida!
A través de estas lecciones, los niños desarrollan una comprensión matizada de la bondad y sus diversas expresiones. Este enfoque capacita a los pequeños para convertirse en personas empáticas y compasivas.
individuos que puedan enfrentarse a futuras interacciones con una comprensión cabal de lo que significa ser amable.
Joy Turner
Autor