Equilibrar ser madre y esposa es todo un arte. A veces, parece que las tareas son interminables, desde trabajar hasta cuidar de los niños y del hogar. Esto puede empezar a interferir en vuestro romance, pero no tiene por qué. En lugar de caer en la rutina cuando la vida se interpone, tú y tu pareja podéis encontrar formas de seguir enamorados.
Comprender los cambios en la dinámica de las relaciones
Imagínate que llevas mucho tiempo en pareja y, de repente, hay otro hermoso ser humano al que amar y cuidar. Es un paso enorme en cualquier relación, y desde luego se nota en cómo cambia la dinámica. Debes saber qué esperar y aprender a afrontar los problemas que surjan cada día.
Agotamiento físico y mental
Una de las principales causas de tensión en la pareja es el agotamiento, sobre todo en los padres primerizos. La falta de sueño y tener que proporcionar constantemente a los bebés todo lo que necesitan puede ser agotador y pasar factura a los dos. Los niños mayores también necesitan atención; prepararles para ir al colegio, hacerles la comida, llevarles y recogerles, quedar para jugar y otras tareas pueden resultar agotadoras, tanto física como mentalmente.
Cambios emocionales
Con el agotamiento llegan los cambios emocionales. Los ánimos se caldean con facilidad y surgen tensiones entre las parejas. De nuevo, cuando ambos tienen puntos de vista diferentes sobre la crianza de los hijos, es fácil que surjan conflictos. Hay que tener mucha paciencia para controlar las emociones cuando suceden muchas cosas al mismo tiempo.
Cambio de prioridades
Un día, sólo tienes a tu pareja a la que querer y por la que preocuparte; al siguiente, hay otros seres humanos muy importantes en tu vida. La atención de los padres se desplaza fácilmente a los niños, lo que dificulta mantener el afecto mutuo. La pareja se siente marginada cuando el amor y la atención parecen ir a parar al bebé.
5 elementos esenciales para mantener vivo el romance sin dejar de ser una buena madre
Está claro que la transición es enorme y puede resultar abrumadora para cualquier madre. Por un lado, quieres ser una madre estupenda, pero por otro, te sientes desatendida por tu pareja. Una vez que aceptas el cambio, estás un paso más cerca de recuperar el romanticismo; he aquí cómo hacerlo.
Comunicar: La base de la reconexión
El poder del diálogo abierto
Una comunicación sincera y abierta ayuda mucho a reavivar la chispa. Recuerda que ambos estáis pasando por lo mismo y que tenéis que ser fuertes el uno para el otro. Cuando estés tranquilo, charla con tu pareja sobre los acontecimientos del día, vuestros retos y las soluciones. Te darás cuenta de que cada día estáis más unidos cuando te abres en lugar de dejar que ganen tus frustraciones.
Mantener viva la chispa
Noches de cita y tiempo de calidad
La clave para seguir enamorados incluso siendo madres es hacer las mismas cosas que solíais hacer antes de que llegara el bebé. Si erais muy dados a las citas nocturnas, a los regalos, a pasar tiempo juntos o a deciros palabras de afirmación, intentad recuperar todos esos lenguajes del amor. Ni siquiera hace falta que salgáis juntos; basta con un picnic en el jardín o un paseo, o podéis llamar a una canguro para que cuide de los niños mientras pasáis una noche juntos sin interrupciones.
Afecto y aprecio
Intenta amar a tu pareja en su lenguaje amoroso para mantener la conexión. Puede que tengas que bajar un poco el tono cuando estén los niños, pero no te olvides de mostrar afecto. Podéis cogeros de la mano mientras paseáis o estáis sentados en casa, saludaros o despediros con un beso, o dejaros notas dulces por la casa. Además, agradeced en voz alta y sincera los esfuerzos del otro para animaros.
Símbolos de un compromiso inquebrantable
Una forma de demostrar silenciosamente a tu pareja tu amor y compromiso inquebrantables es llevar puesto el anillo de compromiso o la alianza de boda. Esto demuestra que, independientemente de los nuevos cambios que se produzcan, sigues decidido a recorrer el camino con su pareja.
Autocuidado e identidad individual
La importancia del tiempo personal
Mientras intentas reconectar con tu amor y centrarte en tu relación, recuerda también la importancia del autocuidado. Tomarse tiempo para uno mismo significa desconectar un rato cada día para relajarse y recargar las pilas. Date cuenta de que es estupendo para tu salud mental e incluso física y contribuirá en gran medida a reforzar vuestro vínculo.
Perseguir intereses individuales
Programar tiempo para "mí" cambia las reglas del juego en cualquier relación. Aunque te encante ser madre y disfrutes de ello, tienes que cuidarte y dedicar tiempo a tus intereses personales. Haz lo que te gustaba hacer antes: lee libros, ponte al día con tus series, ve al gimnasio o dedícate un nuevo hobby. Cuanto más feliz seas, más fácil te resultará quererte a ti misma y a tu pareja.
Crear un sistema de apoyo
Apoyarse en la familia y los amigos
¿Has oído alguna vez el dicho "Hace falta un pueblo"? Necesitas toda la ayuda posible para aliviar la presión. Si eres ama de casa, las tareas pueden llegar a ser abrumadoras, y no hay tiempo para pensar en otras personas aparte de los niños. Por eso necesitas la ayuda de tus amigos y familiares siempre que puedan, ya sea para cuidar a los niños, hacer las tareas domésticas, ir a la compra o cualquier otra tarea.
Buscar orientación profesional
Las parejas a las que les cuesta mantener la chispa cuando llegan los niños a veces buscan ayuda profesional. Hay herramientas profesionales específicas que puedes utilizar para tu relación y hacer que funcione bajo la guía de un experto.
Adaptarse a cada etapa de la paternidad
Crecer juntos a través de los cambios
Cuando los dos entienden que habrá cambios importantes en sus relaciones, es más fácil afrontarlos. Lo mejor es comprometerse a apoyarse mutuamente en todas las etapas de la paternidad, desde el nacimiento del bebé hasta mucho después de la etapa infantil.
Reavivar el romance después del parto
El truco para reavivar el romance después del parto es querer a tu pareja en su lenguaje amoroso. Intenta recuperar el ritmo como lo hacíais antes del bebé, ya sea abrazándoos un poco más, bañándoos juntos, quedándoos hasta tarde hablando, dándoos masajes, piropeándoos mutuamente o realizando cualquier otra actividad romántica.
Conclusión
Es de esperar que se produzca un cambio radical en la dinámica de la relación después de ser padres. Esto puede hacer mella en vuestro romance, a menos que seáis amables, pacientes y comprensivos el uno con el otro. Recuerda el amor que sentías por tu pareja antes de la llegada de los bebés y disfruta del increíble viaje que estáis haciendo juntos. Con los consejos anteriores, podréis devolver el romanticismo a vuestras vidas; la llegada de nuevos miembros a la familia debería fortalecer aún más el vínculo, no apagar la chispa.