La luz del día se alarga y los gansos vuelan hacia el norte en un flujo constante. La mayoría de nosotros agradecemos el lento paso del invierno a la primavera. Mientras disfrutamos de días más largos, del sol y de los bulbos primaverales que brotan de la tierra, esta estación es una oportunidad perfecta para ayudar a nuestros hijos a conectar con la naturaleza.
Ofrecer a los niños la oportunidad de interactuar con criaturas salvajes de forma segura es una de las mejores maneras de despertar su interés por la naturaleza para toda la vida. Un proyecto de huevos de rana es un buen punto de partida, y hasta el naturalista menos experto puede llevarlo a cabo.
Recuerdo varios proyectos de huevos de rana durante mis años de escuela primaria. Tanques, cuencos y recipientes de cristal transparente llenos de viscosos huevos negros estuvieron durante meses en los alféizares de las ventanas. La expectativa de tener docenas de ranas como mascotas en clase era más de lo que podíamos soportar. Por desgracia, de estos proyectos rara vez salían ranas vivas.
Lo que sí provocaron fue emoción y entusiasmo en alumnos que, de otro modo, estarían más interesados en el kickball que en la ciencia. Intentar criar pequeños huevos para convertirlos en renacuajos puede despertar la misma pasión en tus hijos. Lo sé porque soy la orgullosa madre de un niño de dos años, otro de seis y dos ranas toro. Cuando llegó el otoño, liberamos a las ranas, pero siempre las consideraré mías: un experimento científico que tuvo éxito. Lo mejor del experimento fue el entusiasmo que despertó en mis hijos.
Encontrar los huevos
Para que esto funcione, empiece por buscar en los estanques y pantanos locales a principios o mediados de la primavera. Para cuando el aire está constantemente en los ochenta, la mayoría de estos pequeñajos se han comido o se han convertido en ranas y se han escapado. Los mejores lugares para buscarlas son las ciénagas y pantanos de los bosques. Incluso los charcos de los senderos pueden contener huevos de rana. Lo más frecuente es encontrar huevos de rana en pequeños estanques enclavados entre árboles o en los bordes de los estanques de los parques locales. Una vez localizados los huevos, recoja un ejemplar del tamaño de una pelota de softball y colóquelo en un recipiente transparente. Asegúrese de que hay al menos cuatro partes de agua por cada parte de huevos.
Encontrar el lugar perfecto para el depósito
Lo ideal es un acuario o un recipiente grande y transparente con luz solar parcial. En nuestra familia criamos los huevos en la terraza. Demasiado sol calentará el agua hasta una temperatura excesiva, y demasiado poco impedirá el crecimiento. Lo mejor es poner el recipiente en el exterior para imitar el entorno natural en la medida de lo posible. También es ventajoso dejar el recipiente abierto, para que los mosquitos pongan huevos en el agua. Estos huevos les servirán de alimento.
Controlar los huevos diariamente
Los puntos negros del centro de los huevos empezarán a parecerse poco a poco a renacuajos. Pueden tardar entre cuatro y ocho semanas desde el momento de la recogida. Una vez que empiezan a moverse y se liberan del saco de huevos, es importante alimentarlos. Nosotros utilizamos una pequeña cantidad de comida para peces y lechuga cocida. Una pizca al día era suficiente. Sin comida, los renacuajos se volverán carnívoros y empezarán a alimentarse unos de otros.
Seguir alimentando y seguir esperando
La progresión de renacuajos a ranas puede durar literalmente meses. Nuestros renacuajos de rana toro tardaron cinco meses en madurar y convertirse en ranas. La transformación fue cautivadora. Como prometían, las patas surgieron de una piel aparentemente lisa y las colas desaparecieron. A medida que a los renacuajos les crecían las patas, cambiamos la comida para peces y la lechuga por comida para reptiles de la tienda de animales local.
Cuando ya tienen patas, es importante poner un tronco flotante en la pecera para que las ranas puedan salir del agua. Cuando sus branquias dejan paso a los pulmones, necesitan un medio para salir del agua y descansar. Alimentamos a las ranas con comida para reptiles y disfrutamos de ellas durante varios meses, hasta que las liberamos en el mismo estanque donde habíamos recogido los huevos meses antes.
El proyecto despertó en nuestros dos hijos un profundo interés por la naturaleza. En cuanto llegó el buen tiempo esta primavera, tuve que impedirles que saltaran al pantano en busca de huevos de rana. Estamos deseando que llegue otro año para criar renacuajos y ver cómo se desarrollan. Este proyecto merece la pena.