Escucha atentamente, quiero contarte una historia...
En todo el mundo se cuentan historias desde hace siglos. Las historias tienen el poder de congregar, enseñar, entretener y tranquilizar. El cerebro humano está conectado a las historias. Una buena historia aumenta los niveles de oxitocina y puede provocar cambios cerebrales que duran días. Las historias hacen que la información sea más fácil de recordar. He aquí por qué contar historias puede beneficiar a todos los miembros de la familia:
Researchers say storytelling is a natural and essential part of linguistic development from early childhood onwards. A study suggests that when children hear a vocabulary word spoken, they learn to read it more easily later. I don’t often use the words “glisten” or “gleam” in conversation, but I used them both in "Magical Pony" bedtime stories this week. Honing storytelling skills gives kids a leg up in school for tasks like crafting written narratives and demonstrating reading comprehension.
Los colaboradores de "Harvard Business Review" aclaman la narración de historias como la mejor herramienta que los líderes pueden utilizar para establecer un sentido de conexión y elaborar presentaciones poderosas. Incluso llegan a calificarla de herramienta estratégica irresistible. Vaya.
Your ability to spin an engaging yarn can make or break your success in social situations. Nothing kills an evening like getting trapped listening to an endless saga, or worse, in the awkward silence of "I Have Nothing To Talk About With This Person."
Contar cuentos juntos fomenta la cercanía familiar. Los cuentos son portátiles y no necesitan aparatos, pilas ni nada que pese en la bolsa de los pañales.
Con todas estas ventajas, ¿cómo convertir a su familia en narradores?
Adultos y niños pueden "contar la historia de su día" durante el trayecto al trabajo o la comida familiar. Cuando formulo mi petición de esta manera, escucho algo más que "nada" sobre lo que hicieron mis hijos en el colegio. Con los míos, les enseño que incluso avistar un jilguero o encontrar mis gafas de sol perdidas puede ser digno de un relato.
Uno de mis primeros trabajos fue de auxiliar de preescolar. Una noche se incendió un restaurante local y muchos de los niños pasaron por delante de los restos de camino al colegio. La veterana maestra empezó aquel día representando lo sucedido con muñecos: descubrieron el incendio en el "restaurante" de la manzana, llamaron a los bomberos, que valientemente lo apagaron y se aseguraron de que nadie resultara herido, e hicieron planes para reconstruirlo. Contar la historia de un suceso difícil puede ser reconfortante.
Los cuentos también pueden preparar a los niños para acontecimientos futuros. Cuando tomaba frecuentes vuelos con mi hijo pequeño para visitar a la familia, "Nos dormiremos en el avión" era un cuento muy utilizado.
Hay una razón por la que los cuentos de hadas y populares se han disfrutado durante siglos. En un momento de desesperación, una vez calmé a mis revoltosos hijos con un improvisado recuento de "El niño que gritó lobo". Se convirtió en uno de sus favoritos durante meses. (A decir verdad, no sirvió para que mi hijo dejara de mentir).
Los niños también pueden volver a contar. Enséñales a representar cuentos conocidos con juguetes y a darles su propio giro. ¿Qué tal una casa de madera para el segundo cerdito? Los niños mayores pueden inventar nuevas versiones del cuento o competir por el relato más espectacular, perfeccionando así su creatividad y sus dotes interpretativas.
Jason Boog, author of “Born Reading: Bringing Up Bookworms in a Digital Age – From Picture Books to eBooks and Everything in Between,” tells parents to approach storytelling like building a Lego structure: one brick at a time. Start with the simple foundation of a few characters and a setting. Layer on events that build up to a problem or climax and top it off with a satisfying conclusion. Take cues from children’s play: magical elements and the classic good versus evil power struggle are attractive.
Prepara tu receta personal. Cuando estoy especialmente agotada, la mía es algo así: Los niños pasean por el bosque. Los niños encuentran algo que les confiere poderes especiales. Los niños viven una aventura mágica. Los niños vuelven a casa. Los niños se van a dormir para que mamá también pueda.
Cuando mi hijo mayor estaba aprendiendo a ir al baño, le daba miedo usar el retrete de verdad. Pegué una pegatina de una mosca en la taza del váter. Pronto la mosca tuvo un nombre e incluso un amigo. Zippy y Twirly protagonizaron historias familiares durante años. Los personajes recurrentes atraen a los niños y te dan una base para los cuentos.
Dejando a un lado los arándanos mágicos y los insectos parlantes, algunas de las mejores historias son las de tu propia familia. Las investigaciones demuestran que escuchar historias familiares fomenta la empatía, contribuye a la formación de una identidad positiva e incluso puede reducir los riesgos de ansiedad y depresión.
Como muchas cosas en la crianza de los hijos, convertir la narración de historias en un juego es siempre un recurso fiable. Abra una revista en la sala de espera del médico y cuéntense historias inspiradas en las fotos. Resucita el clásico juego del equipo de contar frases alternadas.
Una hoguera en familia siempre ayuda a que fluya la imaginación de todos, tanto si se trata de hacer s'more en el jardín como de pasar una tarde lluviosa en el sofá con una hoguera crepitando en la pantalla plana. (¿Necesitas más ideas? Echa un vistazo a"Enséñame un cuento: 40 Craft Projects and Activities to Spark Children's Storytelling", de Emily Neuburger).
Contar historias saca lo mejor del ser humano: creatividad, intelecto, emoción y conexión. Busca un oyente y cuéntale tu historia.
San Valentín es la fiesta perfecta para los niños. No eres tan mayor como para dejarte llevar por el "día más romántico del año". Te regalan montones de caramelos y libros estupendos.
Pequeños ajustes, como la creación de un presupuesto o el establecimiento de objetivos de ahorro, pueden marcar una gran diferencia con el paso del tiempo. Construye un futuro financiero sólido para tu familia.
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