La paternidad está llena de sorpresas. En los primeros años de vida de mi hijo, me sorprendió lo bien que podía funcionar con tan pocas horas de sueño, el desorden que podía montar un pequeño ser humano y lo enfadada que me ponían las palabras "Creo que es tu turno" cuando, de hecho, no era mi turno.
Mi mayor sorpresa, sin embargo, ha sido que yo, que me preocupo por la factura de la luz y hago cumplir las normas de no pasar tiempo frente a la pantalla, en realidad soy superdivertida. Cuando vamos al parque, persigo a mi hijo con desenfreno, y en casa soy capaz de construir una torre de lego. He adoptado plenamente la crianza lúdica y me enorgullezco de encontrar diversión y alegría en las tareas cotidianas de la paternidad.
Una de las tareas de crianza que a veces cuesta mucho esfuerzo convertir en lúdica es la hora de acostarse. Cuando se pone el sol, mi hijo y yo solemos estar agotados y, mientras que a mí el agotamiento me pone de mal humor, a él le vuelve loco. Nuestros estados de ánimo, junto con el hecho de que la hora de ir a la cama a menudo parece una carrera contra el reloj (¡ahí va mi única hora de relajación al día!), a veces se combinan para crear un camino pedregoso hacia la cama.
Hace unos meses, en un esfuerzo por llevar la crianza lúdica a la hora de dormir, empecé a pensar largo y tendido sobre cómo llevar a mi hijo del suelo (donde suele plantarse a la hora de dormir) a la cama sin lágrimas, forcejeos ni alborotos.
Si tienes un hijo que odia la transición a la hora de dormir, te invito a probar una de las muchas, muchas maneras en que he utilizado la crianza lúdica para llevar a mi hijo a la cama con sonrisas y risas. Echa un vistazo a la siguiente lista.
1 | Extiende una manta y enrolla a tu hija en un taco. Llévala a la cama como un camarero lleva la cena a la mesa.
2 | Haz la mímica de un sondeo de pesca, engancha a tu hijo con el brazo y camina hacia la cama mientras él se contonea con risitas como un pez fuera del agua.
3 | Coge a tu peque como si fuera la excavadora de su obra favorita y déjala caer en la cama como si fuera un montón de tierra. Los auténticos ruidos de excavadora son muy apreciados.
4 | Empiece a pitar mientras se inclina lentamente y agarra los tobillos de su bebé. Levántelo despacio y con cuidado, llevándolo por la habitación hasta su cama. Bájelo suavemente como una grúa baja materiales de construcción pesados.
5 | Si tu hija se resiste a que la levanten, la lleven en brazos o la hagan rodar hasta la cama, desafíala a una carrera de ranas y salta hacia su cama. El último que llegue al nenúfar leerá el cuento.
6 | Pídele a tu pequeña serpiente que se deslice hasta la cama y persíguele por detrás, pellizcándole los talones como un cazador de serpientes salvaje.
7 | A todo el mundo le gusta una buena banda de rock. Coge a tu hija en brazos y rasguea su barriguita como si fuera una guitarra. Bájala al escenario para que toque un solo.
8 | ¡Hornea una tarta para niños! Casca huevos imaginarios en su barriguita, vierte el agua y el aceite, y observa cómo aumenta su sonrisa mientras le revuelves en un ataque de risa y le echas en la sartén (su cama) para que se hornee.
9 | Celebra una fiesta de pizza. Con tu mejor voz de hombre-pizza, decora a tu pequeña con pepperonis imaginarios, espolvoréale el queso y levántala hacia la cama con dos brazos aplastados de paleta de pizza.
10 | ¡Deja que brille tu pequeña estrella! Alinea los peluches de tu hijo y pídele que salte al escenario para actuar en el concurso de talentos de la tierra de los animales.
11 | Regálale a tu pequeño entradas para el espectáculo de mamá y papá (o del adulto que los acueste). Monta un espectáculo de variedades de 60 segundos con una canción, un baile, un chiste y un truco físico como malabares o saltos mortales.
12 | Canaliza al gigante que llevas dentro y lleva a tu hijo a la cama con una voz profunda y gigante y fuertes pisotones.
13 | Haz que tu pareja agarre a tu hijo por las muñecas mientras tú le sujetas con fuerza los tobillos y lo balanceas en la cama con un suave aterrizaje.
14 | Dobla las esquinas de una manta hacia arriba para hacer una bolsa mientras tu bebé se sienta en el centro. Colócalo sobre tu hombro como Papá Noel y dirígete hacia su cama para dejarlo caer por la chimenea.
15 | Coge el billete de tu hija y pídele que se suba al tren de la hora de dormir. Chugga-chugga-chug hacia su cama.
¡Disfruta de la hora de acostarte!
Julia Pelly
Autor