Ahora que se acerca el Día de los Inocentes, puede que estés pensando en cómo gastarles una broma a tus hijos. He buscado en Internet y consultado con algunos sabelotodos para ofrecerte estas sugerencias, que a su vez me he encargado de calificar de forma un tanto arbitraria. ParentCo. y yo no nos hacemos responsables de puñetazos en las tripas, niños llorando o desmayos. ¡Felices bromas!
Diles a los niños que tienes que hacer un recado específico y aburrido en un lugar del que conocen el camino en un lado de la ciudad. Haz que vengan. Conduce en dirección contraria y finge que te has perdido. Acaba en su heladería favorita.
Puntuación: A+ Consigues ser un héroe Y comer helado. No hay nada más que ganar involucrados aquí.
Aparca el coche en la esquina por la noche. Cuando salgas por la puerta para ir al colegio, actúa como si te lo hubieran robado.
Puntuación: A Aunque requiere algo de actuación, la preparación es sencilla y sin complicaciones. Además, las bromas psicológicas que no necesariamente vienen en la terapia más tarde en la prueba de alta.
Pega ojos saltones a todo lo que haya en la nevera.
Puntuación: B Ligeramente laborioso, pero se puede hacer fácilmente mientras se sopla a través de un episodio de House of Cards. Además, a pesar de ser el responsable de la broma, me reía cada vez que abría la nevera.
Convence a tu hijo de que un tomate es una fruta exótica que nunca ha probado, llamada "manzana hawaiana".
Puntuación: B- Puntúa alto por su creatividad, pero baja algunos puntos por el hecho de que, si se lleva a cabo, puede que te preguntes si tu hijo está tal vez aspirando gases de escape. El lado positivo es que ahora puedes reasignar el fondo para la universidad al fondo para las vacaciones europeas definitivas.
Despiértalos y diles que, aunque sea sábado, tienen que ir al colegio para recuperar ese último día de nieve/enfermedad.
Puntuación: C+ No requiere preparación, pero es probable que termine en lágrimas y posible agresión física.
Llena los cuencos con cereales y leche la noche anterior. Mételos en el congelador. Preséntelos a los niños. Confusión e hilaridad.
Puntuación: C La probabilidad de que arruine dos tazones de costosa leche de vaca ecológica es incluso menor que la de que me acuerde de comprar una botellita de la leche misteriosa de la gasolinera. Aunque el seguimiento de, "hahahahaha. Ahora prepárate el desayuno. Tengo que ponerme al día con Facebook" sería divertido.
Desmonta unas cuantas oreos, ráspales el glaseado y sustitúyelas por pasta de dientes. Ofrécelas como postre y espera a que pongan cara de asco.
Puntuación: D+ Por un lado, esto supone que mis hijos no saben lo que es una Oreo de aspecto normal. Además, ¿POR QUÉ DESPERDICIAR UNA OREO PERFECTAMENTE BUENA? Blasfemo.
Adelanta todos los relojes unas horas. Despiértales para el día cuando en realidad sean las 3 de la madrugada. Sírveles el desayuno y prepárate como de costumbre. Acompáñales hasta el coche y grita April Fools cuando se den cuenta de que todavía es de noche. (Una mamá bloguera LEGÍTIMA sugirió esto. Al menos decía ser madre. A mí no me convence).
Puntuación: F MENOS MENOS Como si estuviera arrastrando mi propio cadáver fuera de la cama en medio de la noche para escenificar lo que seguramente será una versión amplificada de la locura matutina habitual. Encima, ¿qué se supone que tienes que hacer cuando se descubre la broma? ¿Mandarles de vuelta a la cama y tener que someter a todo el mundo a la segunda ronda justo cuando por fin consiguen dormir? Es la cosa más tonta que he oído nunca.
Bonus: nunca subestimes el poder de una aplicación para pedos (los cojines Whoopee, aunque clásicos, no pueden competir con la tecnología flatulenta).
ParentCo.
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