Orinal

Los errores más comunes en el aprendizaje para ir al baño y cómo evitarlos

bebé en el baño

El aprendizaje para ir al baño es uno de esos hitos de la paternidad que pueden resultar estimulantes y abrumadores a la vez. Por un lado, te emociona la idea de despedirte por fin de los pañales; por otro, puede que te preguntes, ¿Lo estoy haciendo bien? La buena noticia es que, como en la mayoría de los viajes de los padres, el aprendizaje para ir al baño no tiene por qué ser perfecto para tener éxito. El objetivo es el progreso, no la perfección.

Para ayudarte a navegar por este proceso con confianza y elegancia, vamos a hablar de cinco errores comunes en el aprendizaje para ir al baño y cómo evitarlos. Con unos pequeños ajustes, estarás en el buen camino hacia el éxito.

Error nº 1: Esperar a que el niño diga que quiere ir al orinal

Algunos padres dan por sentado que el aprendizaje para ir al baño debe empezar cuando su hijo muestra explícitamente interés por dejar los pañales. Aunque es estupendo que tu hijo se muestre dispuesto por sí solo, muchos niños necesitan que les guíes suavemente para dar este gran paso.

Busca señales de desarrollo, como un buen dominio de la motricidad gruesa, el desarrollo de algunas habilidades lingüísticas receptivas y expresivas, permanecer seco durante períodos más largos e incluso mostrar cierta curiosidad por los hábitos de ir al baño. Cuando detectes estas señales, puedes guiarle hacia el orinal, aunque todavía no lo pida.

Recuerda que tú eres su profesor y su mayor animador. Si introduces el orinal de una forma positiva y no intimidatoria, les ayudarás a ganar confianza e independencia.

Error nº 2: Llevar al niño al orinal a intervalos de tiempo determinados

Puede parecer lógico sentar a tu hijo en el orinal cada 30 minutos más o menos, con la esperanza de que gane. Pero este enfoque puede retrasar involuntariamente su capacidad para reconocer las señales de su propio cuerpo.

El aprendizaje para ir al baño consiste en enseñar a los niños a entender sus impulsos naturales -como la sensación de tener la vejiga llena o la necesidad de hacer caca- y a relacionar esas sensaciones con el orinal. Si siempre eres tú quien les marca el horario, puede que les cueste desarrollar esta conciencia.

En lugar de eso, observa las pautas particulares de tu hijo. Cuando notes señales como una repentina quietud, un contoneo similar a un baile o incluso una expresión facial concreta, indícale suavemente que use el orinal. Esto le ayuda a conectar los puntos y sienta las bases para ir al baño por iniciativa propia. Es posible que al principio se produzcan más accidentes, pero recuerda que el objetivo del aprendizaje no es evitarlos, sino que tu hijo aprenda a escuchar a su cuerpo.

Error nº 3: Preguntar a su hijo si necesita irse

"¿Necesitas usar el orinal?" puede parecer una pregunta inofensiva, pero la mayoría de las veces, la respuesta será un "No" automático. ¿Por qué? A los niños les encanta afirmar su independencia, y hacer esta pregunta les pone en una posición de resistencia, incluso cuando realmente necesitan ir al baño.

En su lugar, utiliza una indicación segura y optimista como "¡Es hora de usar el orinal!" o "Vamos a intentar usar el orinal antes de empezar nuestro juego". Enmarcarlo como una rutina o una expectativa en lugar de como una pregunta evita luchas de poder innecesarias y hace que las cosas avancen.

Error nº 4: Rehuir las recompensas

A algunos padres les preocupa que el uso de recompensas para el aprendizaje del uso del orinal pueda crear malos hábitos o dependencia. Sin embargo, las investigaciones demuestran que los premios pueden ser una herramienta increíblemente eficaz para motivar a los niños a aprender habilidades nuevas y difíciles, como el uso del orinal.

Las recompensas no tienen por qué ser extravagantes. Pegatinas, pequeños obsequios o incluso chocar los cinco pueden tener un gran impacto. La clave está en recompensar el esfuerzo, no sólo los resultados. Por ejemplo, celebra cuando tu hijo se siente en el orinal, aunque no pase nada, o cuando te diga que necesita ir al baño.

Estos pequeños y constantes refuerzos ayudan a que el aprendizaje para ir al baño resulte emocionante y factible para tu hijo, y a que coja impulso a medida que confía más en sus capacidades.

Error nº 5: Fijar expectativas poco realistas

Es fácil sentirse presionado para que tu hijo aprenda a ir al baño a una edad determinada o en un plazo concreto. Pero esta es la verdad: el aprendizaje para ir al baño es un procesono es un hecho aislado. Cada niño aprende a su propio ritmo y los contratiempos son una parte normal del proceso.

Presionarse demasiado a sí mismo -o a su hijo- puede provocar frustración y un estrés innecesario. En su lugar, adopte una mentalidad flexible. Celebre las pequeñas victorias, como sentarse en el orinal sin oponer resistencia o permanecer seco durante una hora. Son señales de progreso.

Si se encuentra con contratiempos, dé un paso atrás y reevalúe la situación. ¿Se siente abrumado su hijo? ¿Hay factores externos, como un nuevo hermano o el comienzo de la guardería, que puedan estar afectando a su preparación? Adaptar el enfoque y el calendario a las necesidades de su hijo facilitará el proceso para todos.

Reflexiones finales

El control de esfínteres no tiene por qué ser perfecto. su familia familia. Si evitas estos errores comunes y mantienes el proceso relajado y alentador, prepararás el terreno para el éxito.

Recuerda que cada niño es diferente. Lo que funciona para uno puede no funcionar para otro, y no pasa nada. Confía en tus instintos, ten paciencia y no olvides celebrar los pequeños logros que vayas consiguiendo. Al fin y al cabo, el aprendizaje para ir al baño es un gran hito para tu hijo y para ti.

Tú puedes, y si alguna vez te sientes atascado, estoy aquí para guiarte. Juntos haremos que esta transición sea lo más positiva y enriquecedora posible para tu familia.

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